miércoles, 18 de febrero de 2015

Las vidas posibles de Mr. Nobody


Nunca me había pasado antes. Llevo cuatro días dándole vueltas a esta película, desde que mi hija, con muy buen criterio, me animó a que la viera con esa frase hecha de: es una de mis películas favorita. Y con la que pensé: ¿qué tendrá de especial para que sea una de sus favoritas?

No puedo calificarla de peliculón, ni siquiera me sonaba que fuera una película muy nombrada, pero la realidad es que me quedé pegada a la pantalla y el resto del mundo desapareció en esas dos horas. Pero también quizás durante varias horas posteriores y, hasta me atrevería a decir, que aún me provoca momentos de ausencia pensativa.

Las vidas posibles de Mr. Nobody es imaginación pura, con miles de detalles cuidados que hilvanan de manera meticulosa escenas que aparentemente no tienen conexión entre si. Y que te obligan a preguntarte muchas veces durante el film: ¿Esto de que va? pero va, si que va. Va saltando del pasado al futuro, de una vida a otra y, lejos de hacerte perder en el camino, te mantiene en vilo hasta el final. Un final donde, de manera muy sutil, se desvelan todos esos trozos de vida aparentemente inconexos y sin sentido.

Solo os comentaré un detalle que me pareció una genialidad, en cada vida predomina un color, es la forma de distinguirlas. No os diré más porque hay que verla.
Todavía me pregunto si en esa cantidad de vidas entrecruzadas alguna de ellas era cierta, si todas eran ciertas o si ninguna la llegó a vivir en realidad. Pero todas fueron posibles.

Me gustan las películas que me hacen pensar y que orbitan durante días por mi cabeza. Es una buena señal, os lo aseguro.

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